Una violación de datos ocurre cuando usuarios internos malintencionados o atacantes externos acceden sin autorización a información sensible, como historiales médicos, datos financieros o información personal identificable (PII). Estas violaciones son comunes y costosas, afectando a empresas de todas las industrias y tamaños. Según el Instituto Ponemon, hay una probabilidad de una en cuatro de sufrir una violación de datos en dos años, con un costo promedio de 3,9 millones de dólares.

Las violaciones de datos pueden resultar en pérdidas de oportunidades comerciales, multas severas y costosos acuerdos legales, especialmente en sectores regulados como la salud y los servicios financieros. Ejemplos recientes incluyen la filtración de datos de 17 millones de ecuatorianos en 2019, el escándalo de Cambridge Analytica en 2018 y la violación de datos de Equifax en 2017.

Las violaciones de datos pueden ocurrir de diversas formas, incluyendo exposición accidental en la web, acceso no autorizado, datos en movimiento, errores de empleados, hacking, amenazas internas y robo físico. Para prevenir y mitigar estas violaciones, se recomienda una estrategia de defensa en profundidad que incluya soluciones de seguridad de acceso con privilegios, autenticación multifactor, herramientas de detección y respuesta ante amenazas y gestión de privilegios mínimos.